24/1/16

Detectar la bulimia y anorexia a tiempo


Detectar la bulimia y anorexia a tiempo

Ambos trastornos alimentarios suelen tardar entre 6 meses y un año en ser identificacos. Recomiendan acudir primero a un psicólogo o psiquiatra apenas aparecen los síntomas más leves.

tn.com.ar

Tanto la anorexia como la bulimia son dos trastornos alimentarios que se están detectando en edades cada vez más tempranas, como en chicas de entre 11 y 12 años. Según la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (Aluba), ambas alteraciones, que son las más comunes de la conducta en el acto de comer, no tienen relación directa con la comida sino que su raíz está en el miedo a vivir y a crecer. Las señales más claras de estas enfermedades se descubren a través del rechazo a mantener el peso corporal por edad y talla lo que ocasiona una pérdida importante de peso.

De esta forma Carlos González Navajas, uno de los responsables de la Unidad de Trastornos Mentales de la Infancia, Adolescencia y Adulto Joven de la Clínica La Luz de Madrid, en España, sostiene que la anorexia y la bulimia suelen tardar entre 6 meses y un año en ser detectadas debido a que, entre otros motivos, "mucho antes" de empezar a perder peso los pacientes desarrollan fuertes procesos mentales.

El especialista alerta a los padres sobre las dificultades a la hora de diagnosticar estas enfermedades y advierte que primero se debe acudir a un psiquiatra o psicólogo especializado, en lugar de ir al pediatra o al médico de Atención Primaria, que no suele identificar este problema en las fases precoces.

"Muchos padres pueden alertarse con los síntomas más leves, pero muchas veces pasan primero por el médico de familia y pierden entre cuatro o cinco meses en llegar al psiquiatra. El problema que hay es que cuando llegan a nuestras consultas ya se ha empezado a perder peso de forma importante y hay también un refuerzo psicológico interno muy grande, lo que cuesta mucho romper", explica.

En la aparición de los trastornos alimentarios juegan un papel importante diversos factores como, por ejemplo, los genéticos y familiares. No obstante, es el entorno social y educacional el que más predispone a los adolescentes a sufrir estas enfermedades y, especialmente, aquellos de personas "acomodadas", dice González Navajas.

"Hay un mayor porcentaje de pacientes de clase media alta que tienen este tipo de trastornos alimentarios. Esto no significa que personas de clases más bajas no los sufran, pero sí que es cierto que es una patología de gente más acomodada", explica.


Secuelas evidentes
Los problemas que ocasionan estos trastornos tienen también sus consecuencias durante la edad adulta como, por ejemplo, alteraciones del ritmo cardiaco, hepáticas, cutáneas, osteoporosis o problemas psicológicos. No obstante, estos efectos secundarios se pueden mitigar e, incluso, evitar que se desarrollen con las actuales terapias, las cuales, según comentó González Navajas, se basan en un tratamiento conductual "serio" que consiste en atender al paciente desde su domicilio para no aislarle del entorno.

Finalmente, el doctor ha asegurado que en un 80 u 90% de los casos los enfermos se curan y pueden hacer una vida prácticamente normal. "Aunque la bulimia tiene ciertas características personales que acompañan al paciente durante toda su vida, se logra que aprenda que hay cosas que no se pueden hacer porque son nocivas para su salud. Con la anorexia la tasa de curación también es alta, aunque cuando es crónica las secuelas son mucho más graves", advierte.
 

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